Desde el Corazón de Guatemala: El Sabor Inolvidable de la Finca La Rosa
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Es hora de detenernos un momento, apagar la prisa del día a día, y sumergirnos en una experiencia que lleva impresa la pasión, la dedicación y el arte de la elaboración de un café de especialidad. Te recomendamos cerrar los ojos, abrir tus sentidos y dejarte llevar a las montañas de Centroamérica, a las tierras altas de Huehuetenango, Guatemala. Hoy, nos enorgullece presentarte una joya de nuestra selección: el café de especialidad de Guatemala cultivado por Ana Pérez Rafael en la Finca la Rosa.
Ana es una emprendedora en el mundo del café
Ana es una emprendedora, una de esas incansables mujeres trabajadoras que han marcado una diferencia en su comunidad. Su finca, La Rosa, se ubica a 1650 metros sobre el nivel del mar, un rincón paradisíaco donde el café de la variedad Caturra crece bajo el sol de Centroamérica. Este grano, de la especie Arábica, se destaca por su agradable aroma a frutas del bosque, menta y té negro, un perfil sensorial que nos habla de su origen y del meticuloso proceso de producción.
El viaje de este café de especialidad inicia en los campos de la Finca La Rosa. Ana es una productora de café de primera generación y ha forjado una relación cercana y respetuosa con la tierra que alimenta a sus cultivos. Durante la cosecha, sólo las cerezas más maduras son recolectadas, en un total de cuatro meticulosos pases. Despulpadas el mismo día de la recolección, fermentan en su mucílago durante 36 horas en tinas de plástico, proceso que culmina en un "doble remojo", un método muy popular en Kenia que asegura la eliminación de cualquier impureza.
El secado de este precioso grano se realiza al sol en patios, durante seis días. Es un proceso de gran paciencia y observación, pero esencial para que el café desarrolle sus sabores y aromas únicos.
Pero el corazón de esta historia es Ana Pérez, una mujer que ha sabido enfrentar la adversidad y transformarla en un motor de cambio. La Finca La Rosa, cuyo nombre en la lengua indígena local Popti significa 'unión de dos corrientes de agua natural', fue establecida en 2007. Tras la emigración de su esposo a los Estados Unidos debido a la situación financiera, Ana tomó las riendas del cultivo del café. Años después, se integró a una cooperativa para fortalecer su formación y conocimientos en la producción de café de calidad.
Hoy, Ana tiene grandes planes para el futuro. Está interesada en implementar más soporte técnico para su proceso de lavado y explorar otros métodos de procesamiento como la miel y el natural. En sus propias palabras, "Nos hemos adaptado a la cultura de nuestra comunidad siempre poniendo dedicación y esfuerzo para obtener buenos resultados y generar empleo en nuestra zona para quienes lo necesitan". Y vaya que lo ha logrado.
Entonces, cuando degustes una taza de este exquisito café de Guatemala, que podrás encontrar en nuestra web, recién tostado, recuerda la historia que hay detrás, el viaje que ha recorrido desde la Finca La Rosa hasta tu taza. Es más que un café, es el sueño y el esfuerzo de Ana Pérez, una mujer que con pasión y perseverancia ha logrado crear algo verdaderamente especial.